domingo, 30 de diciembre de 2012

Distancia entre corazones

Un día, Meher Baba preguntó a sus mandalíes:
- ¿Por qué las personas se gritan cuando están enfadadas?
Los hombres pensaron durante unos momentos.
- Porque pierden la calma- dijo uno-, por eso gritan.
- Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? –preguntó Baba-. ¿No es posible hablarle en voz baja?
Los hombres dieron algunas otras respuestas, pero ninguna de ellas satisfacía al maestro Meher Baba. Finalmente, él explicó:
- Cuando dos personas están enfadadas y discuten, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esta distancia,  gritan para poder escucharse. Mientras más enfadados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse la una a la otra a través de esa gran distancia.
Luego, Baba preguntó:
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Pues que no se gritan, sino que se hablan suavemente, ¿por qué?... Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellas es muy pequeña.
Los discípulos lo escuchaban absortos y Meher Baba continuó:
-Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? Los enamorados no hablan, sólo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es, observad lo cerca que están dos personas que se aman. Así pues, cuando discutáis, no dejéis que vuestros corazones se alejen, no digáis palabras que los distancien más. Llegará un día en que la distancia será tanta que ya no encontrareis el camino de regreso.

Romper mis cadenas




Día a día me valen menos las excusas manidas de que las circunstancias que me rondean me llevan a lo que soy y hago, porque nada me obliga a destruirme a mi misma, solo tendría que decir que NO.
NO a que decidan por mi, porque solo yo soy merecedora de guiar mi destino.
NO a hacer lo que los demás exigen, porque yo se muy bien lo que realmente quiero.
NO a encajar con el entorno, porque yo soy mi unico modelo a seguir.
NO a enredarme en este circulo vicioso que me hace rodar cuesta abajo hasta destruirme.
Quiero huir de este ambiente dañino. Escapar de la rutina de un dolor silenciado. Muy lejos. Largarme en busca de mi hogar, constuirlo y cuidarlo, inyectarme a diario montones de esperanza, inhalar alegria, fumarme la voluntad a paquetes, beber copas de optimismo hasta emborracharme cada mañana de energía, ser ese ser feliz que llevo dentro.
Romper estas malditas cadenas...