Sin saber por qué, las ideas que hace un par de años dejaron de surgir de mi retorcida cabeza, aparecen ahora lúcidas ante mis dedos, que bailan ágiles sobre el papel de este cuaderno que tantas histrorias y anecdotas ha conocido.
Mis sentidos vuelven a estar vivos y captan el olor de esa flor que crece salvaje al borde del precipicio de las emociones.
Mi imaginación me lleva a mares indomables donde las sirenas no se quedan varadas y salen de caza por la noche.
Brujas, duendes, hadas... seres de los bosques aparecen de nuevo ante mi, haciendo que mi bendita locura me acompañe nuevamente.
La inspiración, diosa que a veces me ilumina tocándome suavemente con su dedo, ilumina todo mi alrededor...
Quiero escribir, deseo escribir, necesito escribir, contar que soy algo más que otra pieza del puzle de esta sociedad mezquina.
Quiero recorrer caminos, senderos, avenidas al atardecer que terminan en un bello sol ocultandose en el profundo mar azul.
Quiero hablar de mi, quiero conocerme...
Mis sentidos vuelven a estar vivos y captan el olor de esa flor que crece salvaje al borde del precipicio de las emociones.
Mi imaginación me lleva a mares indomables donde las sirenas no se quedan varadas y salen de caza por la noche.
Brujas, duendes, hadas... seres de los bosques aparecen de nuevo ante mi, haciendo que mi bendita locura me acompañe nuevamente.
La inspiración, diosa que a veces me ilumina tocándome suavemente con su dedo, ilumina todo mi alrededor...
Quiero escribir, deseo escribir, necesito escribir, contar que soy algo más que otra pieza del puzle de esta sociedad mezquina.
Quiero recorrer caminos, senderos, avenidas al atardecer que terminan en un bello sol ocultandose en el profundo mar azul.
Quiero hablar de mi, quiero conocerme...
